martes, 27 de julio de 2010

Me echaron del San José


Me echaron de la clínica de acupuntura del hospital San José… en una reunión de terapeutas dos de ellos concluyeron que yo no tenía el perfil para seguir ahí principalmente era demasiado liberal y espontanea. El ejemplo que me dieron era que no me costaba nada sacarme la ropa para que me hicieran masaje. Esto la verdad me causó risa y también a los que alguna vez descontracturaron mi espaldita y la verdad es que esto no merece ninguna justificación ni mayor comentario.

Pero de ello extrapolaron que del mismo modo “podría” tratar así a los pacientes. Podría pero nunca lo he hecho, por norma salgo de los box mientras los pacientes sean hombres o mujeres se desvisten, les paso toallas para que se tapen y el caso de los varones, no hago que se saquen los pantalones a no ser que sea estrictamente necesario como que vengan por un lumbago y en ese caso deba pinchar la zona lumbar y las piernas.

Yo se que hay una terapeuta que me tiene un odio parido porque así me lo ha demostrado expresamente, a pesar de que toda nuestra existencia nos hemos visto 3 veces: la primera vez fue el año 2008, cuando comenzaba mi práctica de tuina… por ello debí ir un miércoles por la mañana. Esta persona estaba con sus alumnos y les iba a enseñar como se usaba el martillo flor de ciruelo… yo me cole al box porque quería aprender también e intentando caer en gracia me ofrezco a traerle las ventosas… “o te callas o te vas” me dijo imperativamente mostrándome la salida… y me callé.

Pensé que esta mina habría tenido un mal día y no pesqué mayormente, además todos los compañeros que fueron testigos me dijeron que total yo no tenía culpa de nada así que para que me iba a preocupar.

El miércoles siguiente opté por no decir ni pío y señale de manera general que yo estaba ahí para hacer masajes y al servicio de cualquier terapeuta que así lo precisase. Ella nunca me lo pidió, pero cuando me vio salir de un box sudando –era pleno verano- y que me abrí en delantal para echarme aire… me tomó de las solapas, me zamarreó y me dijo mirándome de arriba a abajo “ciérrate, que así parece que haces otro tipo de masajes”.

Todos los compañeros que estaban allí quedaron impactados con la escena y solidarizaron inmediatamente conmigo, lo que aún agradezco, porque en ese instante realmente me sentí mal. Pero corte por lo sano y no fui nunca los miércoles, total en los turnos donde hacía mi práctica de acupuntura había re buena onda y ese tipo de cosas no pasaban. Y como realmente esto de la medicina china me gusta tanto, no me iba a quedar pegada en un mal rato.

La tercera vez que vi a esta mujer, fue este año cuando realizó un reemplazo… teniendo las experiencias anteriores, evité cualquier contacto con ella.
No me extrañan sus juicios hacia mí porque ya se de emoción le vienen y la verdad me resbalan porque no me conoce a nivel personal ni profesional porque nunca ha visto como trabajo, así que simplemente no me hago cargo de eso.

Lo que si me llamó la atención, es que otra terapeuta de la cual aprendí mucho en un extraña comunicación unidireccional, con la cual si trabajé varios meses del 2009, porque según ella misma era la única que la aguantaba… fue la encargada de comunicarme primeramente los motivos por los cuales yo no seguía en la clínica en parte por sus juicios a priori sobre mi.

Y haciendo memoria recuerdo que durante un asado el 2008, cuando yo todavía no la conocía comencé a sacar fotos y luego a mostrarlas. Pero resulta que en la memory tenía más fotos y terminé mostrándolas a todos… en ellas salía mi pareja y cuando ella lo vió me dijo: “y ese es tu marido! Tan viejo! Seguro que tienes que andar buscando por otros lados”. Me quedé plop con ese comentario, porque me pareció super desubicado de alguien no te conoce a ti ni a tu compañero, que además es guapísimo.

Entre sus juicios prejuiciados destacó que yo estaba viniendo a trabajar con depresión –bueno, podría tenerla y no es pecado tampoco- Pero como no la tengo le pregunté: Qué depre? Qué diagnóstico es ese?, … es que hace 3 semanas dijiste que andabas bajón… me acuerdo le contesté, claro que lo dije y tu me diste un sermón de la depresión y la frustración que preferí no interrumpir…. los demás me preguntaron por qué y les conté que acababa de darle un topón a mi auto justo antes de renovar el seguro, supongo que eso para cualquiera es bajón, de esos que duran unas horas y se te pasan compartiendo con gente buena onda.

Otro ejemplo de desubicación que dio de mi, fue cuando una paciente con dolor dorsal se tumbó sobre la camilla y yo dije “uy un moretón”, porque si tenía un pequeño hematoma en la zona adolorida. Me retó en el momento, diciendo que ese tipo de comentario podría asustar a la paciente, que ella no reconocería violencia intrafamiliar o que estaba dejando mal al terapeuta que la atendió la vez anterior por haberle dejado morado en caso de haber sido esa la causa. No comment again .

También dijo que yo trataba despectivamente a los alumnos de generaciones más nuevas… Nunca he tutelado a nadie formalmente y si me han pasado alumnos ha sido circunstancialmente por parte de mi dos últimos tutores… y aquí bien cabe un mea culpa: es verdad que yo al tomar confianza con la gente muchas veces empiezo a tratarlos de huevones y así fue en este caso. Sé que ellos no se sintieron ofendidos por esto, pero puede ser que otros que me hubiesen escuchado tratarlos de esa forma piensen que era un desprecio. Asumo.

Luego de explicarme las razones comenzó a decirme que no era algo personal, que me echaban de la clínica pero no de la escuela, que si quisiera hacer proyectos lo hiciera con el apoyo –de palabra- de la escuela… Ahí fue cuando la interrumpí y le dije que para que tanta justificación, que había entendido y que no se preocupara, que yo estaba bien y que no me afectaba porque la verdad me pillaba en un momento en que estoy muy feliz.

Eso no puede ser! te tiene que doler… bueno le dije yo, me da lata dejar de compartir con personas con las que en todo este tiempo se ha creado una muy buena onda entre las que te incluyo… Me dijo: Yo te creía más comprometida con este proyecto, con la escuela…

No había como convencerla que estaba bien… pero sería realmente ridículo poner mi atención en una puerta que me cierra cuando tengo diez abiertas de par en par. La vida me está entregando tantos regalos que sería una desagradecida si no lo disfruto.

En fin, en ese lugar hice mi práctica profesional, más un año de voluntariado en el que aprendí mucho, se que hasta ahora no hay otro lugar así acá en Chile donde haber adquirido tanto training, así que lo valoro mucho todo lo aprendido, a los maestros que tuve y no dejaré que se empañe esta gran experiencia por algunos, los menos, instantes como estos.

De hecho en este blog es la primera vez que cuento cosas negativas de mi experiencia en esta clínica, las anteriores siempre han estado llenas de alegría y entusiasmo.
Pero ya terminé la carrera con las mejores notas, estoy acreditada por el Minsal y puedo comenzar mi propios proyectos… afortunadamente la vida me da todo para poder hacerlo y de ello tratarán muchas de mis futuras entradas.

Cierro aquí un capítulo :)