Que tenga una visión subjetiva
y un tanto distorsionada
de la imagen de Augusto Pinochet,
es completamente entendible…
pues era su padre.
Que opine acerca de él,
de sus convicciones y afectos…
que le extrañe, le quiera…
está en su pleno derecho.
Pero declarar a la prensa:
“Hoy es tan difícil después de toda la campaña que se ha hecho en contra de él –Augusto Pinochet-, e incluso se ha hecho lo máximo de repartir en los colegios el informe Rettig y el Valech a los niños. Es decir, el odio se está sembrando desde pequeños, lo encuentro una aberración y le están haciendo un tremendo daño al alma”.
Es más que aberrante,
Es demostrar que sigue empeñada en ver
lo que le acomoda…
y no lo que es verdad.
Una verdad hoy reconocida por todos,
aunque puchas que costó.
Una verdad avalada por una investigación seria
y presentada en informes objetivos,
ajenos a cualquier juicio de valor o tendencia.
Pero esta mujer no se da cuenta
que lo aberrante
no es mostrar la verdad a los niños,
por mas fea que ésta sea…
sino que su padre y sus lugartenientes
hallan violado los Derechos Humanos
de miles de chilenos.
2 comentarios:
Te leo a menudo,escribes interesante pero podrías dedicar tus capacidades a temas nas interesantes.La Lucía no merece que gastes ninguna neurona en ella.Te invito a una visita a mi blog..Chauuu y suerteeeeeeee
Oscar Fernando
Si tienes razón...lo que pasa que me gustaría vivir en una país mejor y para ello necesitamos entendernos sobre verdades lo mas objetivas posibles...
y me da lata que exista gente tan lejana a ese mínimo de convivencia cívica.
Ah, fui a tu blog.
Publicar un comentario