lunes, 19 de octubre de 2009

Déficit atencional y demases...


Hace mucho, mucho tiempo
era una niña con déficit atencional, hiperactiva y disléxica.
Y aunque ahora dicen que el niño es especial, que es “índigo”,
en aquella lejana época con tales características,
era simplemente una chiquilla de mierda
a la que primero castigaban dejándome de pié contra la pared,
pero si estaba acompañada de una amiga,
que era lo más frecuente, no paraba de cuchichear y de reír.
Según mi hermana era como Bart Simpson
y según mi madre el que tubiera tres remolinos
en el pelo, era signo de niña terrible.

Los trabajos en grupo eran una chacra,
ya que no paraba de hacer chistes con mis compañeras,
sin embargo de alguna forma
los terminábamos entregando a tiempo
y sacando una buena nota.

En la enseñanza media fui la campeona de las cimarras,
las escapadas del colegio y las anotaciones negativas,
llegando al record de tres en una clase con la difunta profe Elena,
de hecho, tuvieron que pegarle otra hoja
para poder seguir anotando,
ya que no me quedaba callada ante los profesores
cuando estos me reprendían
y a algunos les llamaba directamente por su sobrenombre.
Aún así tenía fama de buena alumna entre mis compañeros,
aunque mis notas no dijeran lo mismo.

Además era la top one de los falsificativos,
ya que poseía la habilidad de imitar las firmas
de las mamás de mis compañeros mejor que nadie del curso.

En cuarto medio me suspendieron del colegio en octubre
por el resto del año
junto a cuatro compañeras
por intentar cambiar unas pruebas de matemáticas
en el auto del también difunto profe Chespirito
mientras el mismo conducía…
que ilusas!.

Pero claro, tenía mis aliados,
como el inspector Sostegne,
quién no traspasaba mis anotaciones del libro de clases
a mi hoja de vida, aunque entre chiste y chiste
me auguraba un futuro como chofer de mi papá.
Así y todo, saqué 666 puntos en matemáticas y 709 en verbal
cuando di la P.A.A,
lo que me permitió entrar a la universidad a la primera,
sacar mi título y mi master, los que ya no ocupo
porque cambié mi vocación hacia la medicina china.

El problema es que a mi edad, sigo igual…

15 comentarios:

Claudia Corazón Feliz dijo...

Jajajaja, el final, lejos lo mejor.

Colegios gueones nomás, yo estuve en uno parecido.

Saludos.

El Oscar dijo...

Asi es la life..los (las) que nacimos genios, moriremos incomprendidos por esta sociedad chata,pacata y fome...Un escritor tiene la siguiente frase..." mi educación fue completa,hasta que me la interrumpió la escuela".Buen artículo...

Anónimo dijo...

jajaja... yo fui un poquito así. Y como bien dice el dicho: así como pecas pagas, porque la Heredera es igualiiiiita.

Igual mejor ser así que entera pava.

Un abrazo grandote!

Aarón dijo...

hay que moverse. Cuando chico solía ser muy tranquilo, ahora como dicen mis cercanos menos deseados "me eche a perder" y me encanta porque la hiperactividad permite llegar a tipos de aprendizaje insospechados para un sedentario.

Saludos

El Beto dijo...

yo no entendí nada...

aLe dijo...

jajajaja pues que bueno que no pierdas ese espiritu infantil . Saludos

Bandolera dijo...

jajaja qué bien conocer más de tus andanzas...qué bueno que retomaste el blog...sldos!

Moncho® dijo...

Jajajaja, si no lo contaras no lo creeria....
pense que eras una alumna aplicada y ordenadita, la que llegaba y se sentaba de las primeras
bueno, lo bueno es que sigas igual...

¿haces la cimarra igual?

Anónimo dijo...

la que nace chicharra...ya sabemos...es parte de la personalidad, de ser única y de lo que tengamos que aprender en la life.cariños

Mary Rogers dijo...

ese anónimo soy yo que apreté mal un botón

 kotto dijo...

jajajaja... una maestra...me encanta conocer más de ti..

cariños amiga desordenada

franco ferreira dijo...

jajajaja, notable. Y sigues igual?... Aún con los 3 remolinos en tu cabeza?? chiquilla terrible pue.
Cuídate y pon atención, cabra de porrra! jajaja

 kotto dijo...

un beso Lau

Daniel. Te invito a visitar http://eldeportero.wordpress.com dijo...

Prefiero que una persona mantenga la actitud de niño por toda su vida que transformarse en un adulto fome.
Saludos

 kotto dijo...

Un abrazo Laurilla