sábado, 16 de agosto de 2008

Recuerdos III ... mi niñez en El Monte




¡Qué feo!
fue el primer comentario que salió de mí
al contemplar el lugar en el que viviría
por los próximos doce años…
Tenía cinco años cuando llegué con mis padres
a vivir a El Monte,
un lugar en el que siempre me sentí
como pollo en corral ajeno
y del que deseé salir con toda mi alma
desde el primer momento.

Ya a los siete años planeaba mi fuga
y casi me resultó…
Como ví que había niños que no vivían con sus padres
planteé la posibilidad de irme con mi abuela y mi tía.
Ellas estaban encantadas y a mi padre
le parecía bien la idea,
pero mi mamá se opuso firmemente
y me impuso orden de arraigo.

Se que parece raro que a una edad
en la que no se reflexiona
tuviera las cosas tan claras…
Me sentía como una semilla
que cayó en el terreno equivocado
y mi opción fue mantenerme cerrada
y no brotar, hasta que el viento
me llevara a un suelo propicio.

Cuando se mira un pasado tan distante
sólo queda observarlo como fue…
ya que hacer juicios desde el presente
carece de sentido.
Si puedo decir que quizá
por esa extraña declaración de principios
mi infancia no fue feliz,
puesto que no me permití disfrutar
de lo que la vida me daba entonces
guardando las energías para un futuro
que era del todo incierto.

Debo haber tenido unos diez años
cuando me di cuenta de que la gente
comenzaba a pololear joven,
las niñas se quedaban embarazadas
y los chicos comenzaban a trabajar
a fin de mantener a sus hijos
quienes cuando crecían volvían a repetir el ciclo
marcando el paso de lugar
al que siempre llamé pueblucho
y del cual quería desmarcarme.

Concientemente pagué algunos de los costos
de mis tempranas definiciones.
Nunca me importó ser la rara
en una etapa en la que acomodan
la homogeneidad y la identidad de grupo.
Lo que si me trajo consecuencias
fue definirme de manera negativa,
pues sabía todo lo que no quería ser
pero no alcanzaba a vislumbrar lo que quería
y tardé años en hacerlo.

Como el cuento del huevo y la gallina,
no se cual fue la causa…
pero mis años en El Monte
son los menos felices de mi vida.
Si bien ya no lo llamo pueblucho,
tampoco inspira en mi ninguna nostalgia
Y aunque jamás volvería a vivir allí
lo visito de vez en cuando
ya que mis padres,
a pesar de no tener sus raíces en la zona
lo eligieron para vivir.

Tampoco siento que mi plenitud actual
sea la directa e inequívoca consecuencia
de mi mayor deseo de infancia cumplido.
Simplemente soy lo que soy gracias a lo que fui,
con todo lo que ello implica.
Pero estoy muy satisfecha de haber
aprendido a disfrutar y expresarme,
a dar y recibir, a fluir
en el aquí y ahora.

21 comentarios:

GlamToday VideoTop dijo...

Que gran verdad Laura... por mi parte tambien tuve una infania dificil... y tambien me resulto muy dificil entender lo positivo de lo negativo.
Muy claro tu escrito nos evoca nuestrs vivencias.
besos.

Viole dijo...

chuta de los 7 la rebeldía te perseguía jajaja, mich la cabra chica pesa te hubiese dicho, pero te entiendo mucho... casas viejas mi pueblo era igual de apagado, y hoy lo veo como un submundo, en donde la gente trabaja para vivir y mantener a sus hijos, lamentablemente llegó la droga a full y eso desgasta a las familias enteras, es devastador y muy trsite, pero tengo grandes amigas que tratan de surgir y vivir mejor, por loque han optado en estudiar y eso me da animos para ir a visitarlas de vez en cuando...

Por mucho queno nos guste nuestro pasado es parte de nosotras, y hay que aprender a vivir con aquellos recuerdos no muy gratos, pero están ahí...

Cuidate amiga y lo bueno es que ahora eres feliz!!!

Chema dijo...

Soy adicto a tus recuerdos. Me gusta volver la vista atrás y comprender como mi vida se ha ido tejiendo. Y lo que en un momento me superaba, después hizo que yo me superase.

Por cierto, te he dado un premio. Es la primera vez que lo hago, y no sé la aceptación que todo eso tiene, pero de todas formas, es tuyo.

george dijo...

Es primera vez que caigo por aca y además de llamarme la atención que tenemos un template parecidoa l verte hablar de donde vives me recuerda mucho a donde yo vivo actualmente. un pueblo chico donde todos se conocen y he tenido que crecer viendo muy pocas agradables. si bien quintero es atractivo su gente hace ver el lugar triste y casi decadente. quizás cuando me vaya de acá pueda apreciarlo mejor.

saludos y pasaré más seguido

Anónimo dijo...

Mmmmm... la verdad no quise victimizarme en mis recuerdos...
Simplemente lo narré tal cual lo viví en ese entonces.
Cuando a los 17 cuando me fuí -afortunadamente con el alto auspicio de mis padres- vi las cosas diferentes y a estas alturas, acepto como fue no más.

Chema dijo...

Jajajaja, es curioso, yo soy natural de León. En un mundo tan pequeño...

El código... es sólo una fotografía, así que simplemente tienes que hacer clic sobre ella, botón derecho: descargar y subirla a tu blog.

Un besazo, me alegro de que lo apreciases :)

Sergio Saavedra Rivera dijo...

Nunca termina de sorprenderme de cómo nos afectan o no eso de los lugares donde uno vivió en cierta etapa de su vida. Para algunos siempre es una fuente inagotable de buenos recuerdos y para otros y otras ...nada... sólo un lugar. Unos se quedan para siempre felices o no... no lo se... Otros ¨volamos¨ por ahí y seguimos como buscando que no se que es, pero que nos anima y nos da energía...
Por ahí pasé por Isla de Maipo, un pueblo que visité algunas veces y que quedó grabado en mi memoria con algo de lo que tu cuentas... ya posteraé algo por ahí...
Saludos

Loren@ dijo...

hola Laura, como estas¿¿
lei tu relato y me identifique un poco con mi niñez
no por el lugar precisamente sino por las circunstancias que estaba pasando.
pero ahora ya somos dueñas de nuestro futuro, podemos decidir y eligir
cuidate nos estamos viendo!!

Unknown dijo...

Yo escucho que las personas siempre hablan de su infancia, adolescencia y juventud con mucha nostalgia... no es mi caso. En realidad tengo muy buenos recuerdos de mi niñez, pero no del colegio secundario.
Creo que mi mejor momento es el presente, tengo otra visión de las cosas y eso lo cambia todo.
Me gusta poder tomar mis decisiones y hacerme cargo de ellas. Ahora soy feliz.
Un abrazo.

Claudio Lautaro dijo...

Los siete años son una edad en que tenermos la nesecidad de escapar a otros mundos...el 7 representa el viaje y los cambios positivos.... muy positivo ha sido encontrame con este espacio... por lo que no puede hacer otra cosa que invitarte al mio..eres muy bienvenida...un abrazo; Claudio..

Tristancio dijo...

Yo también quería escapar del "pueblo"... así lo nombro, "el pueblo", donde aún quedan los viejos y algunos de mis tantos hermanos. Y escapé, pero a veces regreso, porque nunca se puede escapar del todo del país de las estaciones perdidas...

(Yo llegué siguiendo el camino de migas que dejaste, y que los pájaros no se alcazaron a comer).

Saludos.-

GlamToday VideoTop dijo...

BESO FRUETE Y ABRAZO APRETADAO¡¡

Víctor Hugo dijo...

bueno... como suele decirse nuestro presente es la consecuencia de nuestra historia pasada...

saludos!
VH

Ipnauj dijo...

¿Y si hubieran elegido Isla de Maipo?

Un gran saludo.

l dijo...

Lo duro del pasado es darnos cuenta de que ya se fue... y a veces a mi me da mucha pena de haber apreciado lo que tuve como merecía... un gran abrazo! y sniff sniff! me sentí identificado con tu relato!

Anónimo dijo...

Les ha pasado que conocen alguien y esta persona les cae mal sin que les halla hecho nada?
Eso me pasó con El Monte... pero no con los montinos, a quienes estimé mucho y consideraba algo así como compañeros de infortunio, jaja. Ya que creía infantilmente que todos pensabamos igual.

Y la Isla de Maipo, no se... casí nos fuimos, porque mi papá se compró una parcela allá hace como 30 años -que todavía tiene-

Desde mi punto de vista actual, la Isla es más bonita en paisaje y como pueblo conserva cierto encanto rural que el Monte perdió luego de el terremoto de 1985 en que se vino abajo y nunca se reconstruyó igual.
Además, la mayoría de sus habitantes actuales no son originarios de la zona, sino que son pobladores erradicados de santiago al final de la dictadura, a las poblaciones que se construyeron

Es decir, yo he cambiado, pero El Monte lo ha hecho más aún... y así seguimos distanciandonos.

Claudia Corazón Feliz dijo...

Y yo encuentro tan bonito El Monte... en fin, encontré fuerte tu relato, entiendo que no te quisiste victimizar, pero la decisión que tomaste tan rechica y que marcó esa etapa tuya. Yo tuve una niñez tan refeliz y me cuesta imaginarme pensando distinto.

Lo bueno es que una puede pensar en los hijos que tendrá y no repetir esas cosas que nos marcaron a nosotras.

Saludos.

Viole dijo...

jajajajajajaj, ya poh ahí los montinos-santiaguinos deben estar tratando de cranear algo al igual que tu...

cuidate, empezó el fin de semana.... así que a disfrutarlo

franco ferreira dijo...

Así se hace la vida. Así se va caminando. Y así se recuerdan todas eass cosas, que de alguna u otr manera nos marcan. Y es muy bonito recordarlas.

Ahora, sobre El Monte, no puedo opinar mucho porque no lo conozco. Pero confío en lo que cuentas tu, jeje

Cuidate mucho. Y nos seguimos leyendo ;)

Adriana Lara dijo...

uno en general se hace una imagen idealizada y bella de lo que fue su niñez. Buen texto.

CAVA dijo...

HOLA, COMO ESTAS…?

SOLO PASO RAPIDIN A SALUDAR, PROMETO REGRESAR PRONTO A LEERTE,QUE TENGAS UN EXCELENTE INICIO DE SEMANA.

UN BESO Y UN ABRAZO.