Es lindo Madrid...

Es lindo Madrid…
puedes caminar horas y horas,
en cada cuadra hay una cafeteria
y un restaurante…minimo,
si es que no hay más.

Hay parques, museos,
espacios urbanos…
donde toda la gente
puede pasear y encontrarse.
En ese sentido, Barcelona
y las demás capitales europeas se parecen.
¡que distintas son del Santiago criollo!

Es verdad que Santiago también se puede vivir bien…
pero esa calidad de vida es privativa
de quienes pueden pagar vivir en un buen barrio.
Y basta mirar el plano de la ciudad
o recorrerla a través de Vespucio
para darse cuenta de que la mayoría de los barrios,
no son acogedores.

Además como barrios caminables
sólo podemos considerar: Providencia, Nuñoa,
y una parte de Las condes y otra parte de Vitacura.
El resto, son para andar en auto…o en micro sino lo tienes.

Donde yo vivo es muy lindo,
tenemos aire puro –un privilegio en Santiago-
cerros, lindas vistas, áreas verdes
y unas veredas totalmente vacías…nadie camina.
Todos vamos en auto hasta a comprar el pan
y para compensar la falta de movimiento,
vamos a quemar las calorías correspondientes
al gimnasio…simplemente porque no hay vida urbana.
Muchas veces he salido a caminar por gusto con mi marido,
pero aburre el que no halla nadie.
Si uno quiere soledad, mejor hacer senderismo en el cerro.

No se bien cual será la raíz del problema,
quizá la falta de planificación acentuada
por la nula coordinación entre municipios,
que resulta en una ciudad que interactúa poco.
Todos conocemos las comunas donde vivimos y trabajamos;
Providencia, Las Condes, El Centro y poco más.

Y lo que más me duele es cuando veo el centro,
que en vez de recuperarlo, restaurar su casco histórico
lleno de palacios decimonónicos,
lo han llenado de horribles edificios
de departamentos enanos de bajísimas calidades,
amparados en un subsidio de renovación urbana.

No estoy contra los subsidios de ningún modo,
pero creo que el centro debería ser centro
y no transformarse en una sucursal
de cualquier comuna dormitorio…
que ya tenemos varias.

Pero ahora seguiré caminando por Madrid,
viendo la cartelera de la Gran Vía,
comprando en las tiendas de Fuencarral
y comiendo tapitas, obvio…