bling

Mientras me repongo del jet lag veo tele.
Mi amiga Bianka en plena etapa de lactancia
me había dicho que en el último tiempo sintonizaba E!...
y como no estoy de ánimo para nada mas denso, también lo puse.

Dieron un reportaje de lo que es lujo en Hollywood…
comenzando por el “bling” o enjoyamiento extremo,
que consiste en incrustarse oro,
platino y diamantes en los dientes
o donde se te ocurra.
Los mayores cultores de esta tendencia
son los cantantes afroamericanos
que triunfan en el rap o el hip-hop
–la verdad yo no distingo-
para de esta forma gritar a la sociedad:
”soy rico y hago con mi dinero lo que quiero”…
lo mismo que hacen en santiago los new rich
paseando en una Hummer o luciendo bolsos Louis Vuitton,
aunque claro, con menos estridencia.

Mostraron hamburguesas de 6.000 dólares,
ya que van acompañadas de vinos
que ya de por si son carísimos…
agua mineral en una botella con incrustaciones de
cristales Swarovski por U$45,
llamada, como no: bling h2o.
Tragos de U$10.000 con un diamante incluido,
una casa de perros por U$11.000,
ya que cuenta hasta con un grifo de oro
accionable por la pata para que los animalitos vip beban…
ropa para mascotas de hasta 5.000 dólares…
en una tienda en la que como dato freak señalaban
que una de las principales clientas era Susan Sarandon,
famosa por su conciencia social…
pero bueno, es Hollywood .

Para mi resultó divertido…
porque me daban un manual de cómo ser pobre en dos días
gastando en este tipo de cosas que no necesito…
ni creo que ninguna persona o animal necesita tampoco.

Tengo dos gatos que son mis regalones…
y busco darles lo mejor, pero teniendo claro que son animales:
todas sus vacunas anuales, cepillado 3 veces a la semana
-su raza lo amerita, sino se vuelven rastas-,
desparasitación cada 3 meses,
su frontline para que no tengan pulgas,
comida de buena calidad
y de vez en cuando una lata de atún.

Eso y amor…el que te devuelven multiplicado.
Y me gustan asi, sin joyas ni ropa ridícula,
con su pelaje desnudo y suave que la naturaleza les dio…
así como a mi me basta tener mis dientes para sonreír