Sin dios...

Confieso que a veces pienso
que es de tontos creer en dios…
la idea de un ser omnipotente con personalidad
me parece demasiado surrealista.
Pero luego me doy cuenta
de que hay muchísimas personas
objetivamente mas inteligentes que yo
que si creen,
lo que me resulta muy loco.

¿Seré atea?...
por dios que feo suena esa palabra…
y aclaro que lo de “por dios”,
es sólo una expresión idiomática
que me parece simpática…
al contrario del vocablo ateo,
que se relaciona con no tener ley
e ir a la de uno.

Si bien no rezo…
porque no tengo fe
no significa que no tenga
preocupaciones metafísicas,
es más,
veo que la vida misma,
la naturaleza sin límites del universo
–o multiverso-
es en si trascendental.

Soy consciente
de que lo único permanente es el cambio…
y obviamente deseo que esto evolucione
que cambie a mejor
y que en ello tenemos nuestra papel
como parte del todo…
lo que en términos de acción
se traduce en ser buenas personas
para ir desde nuestras pequeñas vidas
aportando a un mundo mejor.

Muchas veces me he sorprendido
de las reacciones de otros
cuando manifiesto mi carencia de fe …
me preguntan por qué estoy enojada con dios,
lo que al principio me causaba risa,
pues como me voy a enojar
con alguien que para mi no existe.
No tiene lógica.
como no la tiene para ellos
el que yo pase de ese caballero.

Por eso estudio mucho acerca de religiones
y me quedo fascinada
frente la fuerza de una idea colectiva
que quienes comparten no cuestionan…
Puede que haga mas fácil la vida
que sirvan de consuelo para los malos momentos
y para evitar preguntarnos las cosas esenciales…
Ahí están resistiendo milenios
y les reconozco su importancia histórica
civilizadora… incluso hoy en día.

Sólo me cuestiono
el por qué gente inteligente y formada
necesita de esta muleta.
porque en fondo es ridículo tratar
de ser bueno por no ir al infierno,
desencadenar la ira del poderoso.
y estar en gracia con el o los dioses benefactores.

Para qué tanta metáfora
que nos aleja de la ética esencial…
esa de respetar al otro,
la de no hacer a los demás
lo que no queremos que nos hagan a nosotros.
Es una lata que mucha gente no mate
sólo porque Moisés dijo que dios
lo había ordenado así…
perdiendo la gran oportunidad
que nos ofrece la vida
de aprender por nosotros
que debemos respetarnos.

Aunque estudié en colegios y
universidades católicas…
me considero librepensadora
desde los 12 años…
aunque antes tampoco sentí eso
de la devoción.
Pero comodato freak puedo agregar
que fui monagilla, jeje
-aunque ocasional-.
Ya que como pertenecía
al grupo Scout de una parroquia
el cura siempre solicitaba voluntarios
y yo de puro feminista me ofrecí
y le señalé la discriminación que había en ello…
como el cura era buena onda
me dejó….
y fue una gratísima experiencia
ya que nunca más he experimentado
la sensación de poder que tuve
al momento de tocar las campanillas
cuando el cura levantaba la hostia
y publico arrodillado miraba al suelo…

En fin, los que elegimos la vereda crítica,
los librepensadores…
seguimos siendo minoría…
pero igual agradezco vivir ahora
y no durante la inquisición.